Cuando decidí apagar la computadora, escuché un ruido que provenía del CPU. “es normal” dije, pues la había tenido más de quince horas prendida. Era agotador tener un trabajo como columnista, ya que se trabajaban varias horas frente a un monitor. Es verdad que además de dedicarme a mi trabajo había muchas distracciones, pero también eran necesarias. Había veces –más en domingo– en las que ideas desaparecían y un poco de videos, redes sociales, juegos, ayudaban para seguir con mi trabajo. Ese día había encontrado una página buenísima, se trataba de un rpg, ni siquiera era en línea, ni siquiera se trataba de buenos gráficos, pero de alguna manera resultaba muy adictivo. Parecía como aquellos juegos de NES sencillos, sin embargo, podrías durar horas jugando. Empezaba con un letrero aluzado que decía “find” sólo eso. Pensé que lo más probable era pulsar alguna tecla o al menos el “enter” me fui por prensar dicha tecla, al fin al cabo habría hecho las dos opciones que supuse. De pronto la pantalla cambio como si se hubiese trabado, pensé que se trataba de algún virus y me enfurecí mucho conmigo misma pues, no sabía si era realmente grave o simplemente era un fallo. Después de un rato la pantalla volvió a su estado normal. Ahora había la opción de seleccionar el sexo del personaje. Claro elegí a la chica. Siempre he tenido la curiosidad de porque a los hombres les da por tomar personajes de mujer, podrán decir que es sexy, a mi punto de vista eso se me hace estúpido ya que solo se trata de un juego. En fin, de igual modo no se distinguían bien entra si era hombre o mujer, lo único que cambiaba era el color de la ropa. De rosa a azul.
Cuando la historia empezó se trataba de un cuarto oscuro y con un aspecto de tristeza. Quise dejarlo pero, sabía que no había nada mejor que hacer las ideas en mi cabeza para proseguir mi columna de la semana estaban totalmente perdidas. Pulse de nuevo “enter” entonces apareció una luz pequeña, tenía el aspecto de una computadora me acerqué a ella pulsando las flechas del teclado. Al llegar a tal punto debajo apareció un cartelón diciendo “you must find” pensé que de eso se trataba. Obviamente si así se llama el juego. Luego trate de salir del cuarto, parecía que del lado contrario a lo que supuse era una computadora. Al entrar a otro escenario seguían siendo oscuros pero al menos en los siguientes se podían apreciar algunas cosas. Cajas, muebles, paredes y algo que me pareció raro fue un teléfono en el suelo. Era un departamento, sencillo un cuarto cual podría tratarse de un estudio. Una recamara, sin cama. Un baño y sala estaba repleta de cajas. Me sorprendió como alguien haría dicho juego, pues se trataba de un role-playing game y el escenario se trataba de un apartamento. Fue mi más sorpresa cuando los primeros enemigos aparecieron se trataba de cucarachas, o al menos eso asemejaban. Mis armas de combate eran un zapato y un matamoscas. Creí una especie de broma aquel juego, de alguien con mucho menos vida que yo y encontrarse totalmente aburrido, pudo haberlo creado. de alguna manera lo encontré gracioso y me empezó a gustar, si, con aquella simpleza, donde tu zapato inicial se volvía una bota rockera conforme obtenías experiencia.
Cada vez que avanzaba y registraba cada caja y los tres miserables cuartos de aquella casa podía avanzar un poco hacia el exterior. Pero era necesario revisar una y otra vez los cuartos. Recorrías los cuartos y salías para poder subir de nivel, encontrarte con personas quienes te retaban, pájaros en el pasto con su ataque especial de tirar sus eses desde el aire, perros mordelones entre muchos otros animales y personajes comunes. Y de nuevo regresar a la casa para encontrar objetos para proseguir el juego. Se volvió interesante dentro… el tiempo que lo jugué. No recuerdo cuanto fue el tiempo que perdí apegada al monitor repitiendo una y otra vez la misma acción, simplemente para saber hasta dónde podía llegar. Pensé llegar muy lejos, había ido al parque, al mercado, una escuela, una papelería; creerían los enemigos de tal negocio. También llegue a una gasolinera, un restaurante, una farmacia, algunos otros departamentos y por último fue la iglesia. Supuse que podría ser la colonia de quien había creado el juego. Abrí otra ventana en mi navegador solo por curiosidad. “Será muy difícil”, pensé. Mejor me decidí a ver la hora, pasaba de las cuatro de la mañana y no lo había sentido de esa manera. Ni siquiera había abierto mi documento para trabajar, hasta pensé en cambiarlo y hablar sobre el juego que se había apoderado de todo mi día....