viernes, 20 de septiembre de 2013

Recuerdo

Era noche y la encontré de nuevo con esa sonrisa enamorada como la primera vez, ahora estaba diferente. Sus ojos eran enormes como lagos profundos y brillantes reflejando las estrellas. Me miraba, me contemplaba desde que llegué, pero se quedó estática, ahí sentada con sus trapos sucios, rotos y viejos, al final del callejón. Sé que, inconscientemente, deseaba volverme abrazar, pero ya no podía, era inútil. Entristeció. Sólo estuve mirándola de lejos ¿qué más podía hacer? Ya no había nada entre los dos, sólo ese recuerdo. Me alejé entonces, dejándola otra vez en ese lugar y mi figura o quizá la suya desaparecía, se desvanecía, dejaba de existir.

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