sábado, 28 de enero de 2012

Sólo fue un sueño, nada más.


Te encontré entre
La noche y tus labios
Me rozaron.

El alcohol suculento,
Entrante en mi
Corazón despertó
Un deseo

Lujuria.

No vi cuando
Me llevaste de la mano
A tu cuarto frío

Sólo sentía
Tu respiración frente a la mía
O ¿habrá sido el viento?

Sucesos repentinos pasaron,
A quién le importa
Si se repetirán.

Despierto al lado
De él, me pregunta qué
Pasó, lo miró
Y le digo:

Sólo fue un sueño, nada más.

“El arte de cortar”

Tu figura en forma de maniquí
Se ve bien, mis manos le harán mejor
y empezaré por aquí. Tu brazo.

Tu brazo parece demasiado largo
pedazo de ceda que cubre tu desnudes,
te cortaré un poco.

No, no temas a mis tijeras.
Siente como te hace más libre
a eso que deseas mostrar.

Ahora haré lo mismo con el otro
¿Puedes notar que así estas mejor?
¿Y esas piernas?

Creo que no están del todo bien
De ellas me apoderaré
Cortando por arriba de tus rodillas.

Solo falta el último toque
Pues en tus caderas pondré agujas
Sí ya está listo el vestido
Que a mi amada regalaré.

martes, 10 de enero de 2012

Anuncian el fin.

Esta es una descripción de cómo creo debería ser el video "The sacrilegious scorn" espero les guste.

Estaba sentada aquella familia de los suburbios. Era la hora de la cena, los niños en el suelo y sus padres juntos en el sillón, están junto al televisor. Un reportaje de última hora aparece, un encargado especial llega al lugar de los hechos. Es una iglesia y la misa se está celebrando. Un sacerdote entra, detrás de él dos niños con los rostros tapados llevando en sus delicadas manos los incensarios. Todos se encontraban de pie, mientras el sacerdote hacía su entrada, la ceremonia litúrgica estaba por comenzar. Llega al altar, todo parece normal. Los niños sólo llegan a los escalones, con el rostro mirando hacia el suelo. El sumo religioso mira a todos los creyentes. En su rostro una risa maliciosa aparece y sus ojos en ardiente fuego parecen soles apocalípticos mirando uno a uno como si se tratase de un juicio final. El piano empieza a sonar con una melodía suave e hipnotizante. Todos toman asiento, el sacerdote con una voz grave y con uno tono demoniaco dice gritando “mi palabra y mi mundo tienen terreno y es real”  la capilla llena de estatuillas conmemorables a santos empiezan a oscurecerse. Las nubes cada vez más cerca del edificio, todo absolutamente todo, se llena de un color  sombrío; de pronto se siente un temblor las personas entran en transe y un anima anónima se apodera de sus cuerpos. Nadie se percata que la capilla se destroza, sólo un impulso les hace hablar, se paran a reclamar. Una madre dice “es tiempo de cambiar” otro más se levanta apuntando al sacerdote quien tiene un aspecto macabro y cuernos en la frente. Diciéndole “y tomar lo que has tomado de nosotros.” la cruz cae con gran peso sobre el altar, cuando el sacerdote se ha retirado.  La multitud sale de aquel espejismo en el que estaban, mirando la destrucción del lugar, tratan de huir. Un niño aún en trance, sostiene a su oso y sentado en una esquina solloza diciendo “tu jamás podrás corromperme de nuevo”. Una mujer lo toma en brazos saliendo lo más rápido de aquel lugar al mirar por los cielos, miles de bolas de fuego van cayendo hacia ellos, las personas tratan de refugiarse. Los televidentes no pueden creer lo que sus ojos habían visto e intentan salvar sus vidas antes que los acontecimientos lleguen hasta sus casas, el padre trata de apagar el televisor para esconderse junto con su familia. pero ya es tarde, una bola de los cielos la desintegra.

martes, 3 de enero de 2012

La fábula del chilero y el cuervo.

Cierta vez, había un pequeño chilero el cual quería atrapar un gusano. Intentó varias veces hasta que llegó un viejo cuervo, tomó el gusano y se lo dio al pequeño chilero. El ave de menor tamaño asombrado par tal acto, agradeció al cuervo y le dijo:
-          Gran cuervo, enséñame cómo has podido atrapar ese gusano.
El cuervo, con una cara molesta le contestó.
-          Es algo muy sencillo, pienso que no debe ser explicado.
El pequeño chilero bajó la mirada, pero en verdad quería saber cómo lo había logrado. Por lo que mencionó.
-          ¡Oh cuervo! Si tú no me enseñas como lo has hecho, pronto moriré de hambre.
La gran ave miró al chilero. Pensó un momento, luego con una voz malhumorada dijo.
-          Está bien, pero terminando me iré y ningún otro favor, te voy a cumplir.
El chilero se alegró y desde ese día él y el cuervo compartieron momentos juntos. Conforme pasaban los días, el chilero perfeccionaba su caza. Así mismo, las dos aves aprendían una de otra sus costumbres y forma de vivir.
Siguió transcurriendo el tiempo, hasta que cierta vez el viejo cuervo sufrió un accidente en su ala derecha. Dicha discapacidad le impedía cazar. El pequeño chilero al enterarse de lo sucedido, conseguía alimento, tanto para él como para el cuervo. No obstante, el cuervo se negaba a tomar el alimento que el chilero le ofrecía. Suponía era algo humillante para sí mismo y pensaba que la pequeña ave lo hacía por lástima. Por su parte, el chilero no comprendía el comportamiento del cuervo, pues tenían a tiempo de conocerse y lo consideraba ya un amigo, lo único que él hacía era ayudarlo para se sintiera mejor. Un día el chilero le dijo al cuervo.
-          Viejo cuervo, toma este gusano que te he traído. No ves que de lo contrario morirás.
Pero el cuervo dándole la espalda contestó.
-          No tomaré nada de ti, chilero. Crees que por ser viejo y en este momento estar inválido no puedo darme a valer por mi mismo, estás muy equivocado. Es mejor que te marches, yo sabré como arreglármelas.
El chilero al ver en vano sus actos, hizo un último esfuerzo para mostrarle al cuervo que actuaba de buena fe. Entonces mencionó.
-          Gran cuervo, toma estos gusanos, considéralo un pago por tus lecciones que me has dado.
-          Esas clases te las he dado porque me las has pedido, así que abandona este lugar pues yo no te he exijo nada.
El chilero hizo caso y se marchó. Aunque pensó regresar luego. Los días transcurrieron y el ave pequeña quiso visitar al cuervo, para ver como se encontraba. Al llegar a la casa de la gran ave, lo miró en el suelo, pensó en darle auxilio, pero recordó sus palabras y desde donde se encontraba le saludo. El cuervo  apenado por su condición también saludo al chilero desde el suelo. El ave pequeña indicó que sólo quería saber su estado, ya que lo consideraba un amigo y pasaba a retirarse. Triste el cuervo detuvo al chilero con una voz mohína.
-          Espera chilero, no te vayas.- guardo silencio y un nudo en su garganta se destrozó en forma de llanto y siguió. – si tu te vas pronto moriré de hambre, quédate por favor y olvida todo lo que te he dicho.
El ave de menor tamaño voló hacia él y lo puso en la cama le dio de comer y lo cuido hasta que se recuperó el cuervo. Ese día comprendió el ave de mayor tamaño, la importancia de tener otros seres que nos quieran, pues ellas siempre estarán en las buenas y las malas junto a nosotros. Fin.